Este espacio fue concebido mientras pasaba largas horas escribiendo con pasión, pensamientos que fluían como ríos de tinta,; fruto de sentimientos y nostalgia.
Su único propósito fue siempre el de expresar a través de líneas escritas con el corazón, sentimientos que amenazaban con desbordarse.
Al paso del tiempo, el arrebato que inspiró esto, dejó de ser protagonista principal, pero jamás dejó de ser mi razón de escribir.
Con los años, mi mente me sigue llevando hacía él.
Y es por ello que mis letras siempre llevarán en el fondo de su orígen, una huella que representa mi amor hacía esa primigenia inspiración.
Más la vida sigue, otros apegos están por manifestarse, y se abren paso otros lugares donde depositar el corazón, donde plantar las ilusiones, donde ver crecer la esperanza.
Del ayer, del ahora, y tal vez del mañana continuaré hablando...
Este es mi espacio: eternamente en construcción, sin un plan maestro y estás mis crónicas...




Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas

sábado, febrero 14, 2015

Sólo por está noche

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA


Sólo por hoy, sólo por esta noche quiero vivir en ti, mientras tú me evoques.
Y quiero que estés conmigo mientras no despierte.
Tan sólo quiero que permanezcamos asidos, sin más tiempo que el momento, y sin más futuro que el mismo tiempo.
Por que sé que sí despierto te escurrirás entre mis dedos y sabré que te convertirás en pasado y me niego a volverte recuerdo.
Por un frágil instante deseo que vivas en mi, mientras sueño: oculto y oscuro deseo.
Sólo está noche... sólo por un breve momento.
(Nicotina)

"Quizás debería aceptar que ya fue. Qué no fuimos, qué no somos, y no vamos a ser..."


montse_rocco@hotmail.com

sábado, octubre 04, 2014

Opio HDS (Análisis detrás de una canción)

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA


Muchos fanáticos de HDS siempre nos hemos preguntado por el significado de muchas de sus letras
El significado real jamás lo conoceremos, pues a Bunbury muchas veces se le pregunto el significado de sus letras. Y nunca le ha gustado dar explicaciones sobre ello, ni sobre la letra, ni en que se inspiro para escribir. Una vez dijo: "Estas letras no son personales ni nada de eso, es para la interpretación personal y subjetiva"

Este análisis es tan sólo una de las muchas interpretaciones que puedan tener estas letras hechas poesía, obras de arte para muchos fans.  Fue publicado en un foro español por uno de sus miembros. Para muchos es el mejor análisis, que se ha hecho, algo que nos ayuda a comprender y entender la forma, el fondo,  la poesía enigmática, subjetiva, mística, retórica, oscura, el punto que va más allá, la razón de ser, de expresión, la armonía, y genialidad que esconden las letras de Héroes del silencio.

Opio
Nos abrimos paso entre la niebla, aquella morada cubierta de humo gris claro, denso, fundida en humanidad decadente y sombría, en pensamientos estancados en el tiempo, espacio de meditación y sueño. Como las palabras, en ocasiones especiales, inspiran, seducen y maravillan. Y así inspirados por el aroma de la pipa nos inspiran sin la experiencia de aspirar humo y planta. Nos reencontramos de nuevo con uno de los pilares de Héroes, para unos base de sus composiciones, para otros su pesar perpetuo, su orgullo, su sinrazón, su espíritu o su maldita senda. Es el efecto narcótico un pinchazo en la vena de la creatividad o un desborde de los conceptos abstractos que a duras penas se pueden describir con palabras, es poder tocar las sensaciones, es vivir con los sentidos y como las ideas nos invitan a atraparlas con las manos, a sentir su tacto, su esencia, su cuerpo incorpóreo… pero no respondemos apropiadamente a un alma superior y trascendente, los pensamientos se ríen de nuestra incredulidad y cerramos los ojos, cansados ya de tanta densidad filosófica y existencialismo. ¿Letra escrita bajo los efectos de la adormidera? Quizás, muy probable, viendo el genial, incierto resultado. Pensamientos desajustados y abiertos pero con fuerza poética y metafísica.

Es el opio la flor de la pereza
hasta que llego a ser sólo existencia.
El humo de leche muge lento
extendiendo el sabor del universo.

A más puro estilo descriptivo de la experiencia, se narran los efectos de la droga, como se adormecen los músculos y se estimula la mente, acercándonos a un estado de semi-inconsciencia, como el fluir de pensamientos, las corrientes de pensamientos que permanecían a la espera en la presa del subconsciente parten y disfrutan de la libertad que les otorgamos vendiendo el cuerpo para disfrute de las posibilidades que nos puede dar la mente. Por miedo o por desconocimiento no encontramos puerta más rápida, para el grandioso tributo a los sentidos y la percepción se diluye primero, se deshace después y crece hasta la asfixia. El opio concretamente como droga narcótica, nos facilita el descanso, eliminando el dolor en cada molécula corporal, el cuerpo tendido, tumbado sobre la manta, excesivamente inmóvil, pero lleno de paz. El “Ser” y el “Yo” son conceptos claros y llenos de esencia, todo lo demás no importa, no hay vida más allá de esta habitación, no hay opiniones, una única y verdadera percepción de las cosas, sin preocupaciones ni razón. Se sobre-estimulan los sentidos y alcanzamos un nuevo nivel. Las metáforas describen mejor la realidad que las descripciones, la poesía nos cuenta todo lo que olvidamos o nunca nos permitimos escuchar. El humo de leche muge lento, la esencia del opio nos permite alimentarnos de nuestro alma, concentrar todo nuestro ser en un detalle, detener el tiempo y que transcurra a nuestro ritmo de paz, calmado y sin presión. Es esta concentración de realidad la que nos confiere la falsa percepción y aceptación de comprensión absoluta de los secretos y entrañas del universo.

El que nada hace nada teme
y de terrenal sabrás lo celeste
un oscuro derecho a la delicia
será un sueño o será mentira.

Nos concentramos ahora en la ausencia de temor, en la falta de miedo a la existencia, es ahora cuando nos damos cuenta que la naturaleza y el conjunto de seres, la experiencia del mundo, la que nos transfiere una oportunidad de acercarnos a lo celeste, al universo, a la irrealidad y las verdades, el conocimiento de lo sabio y la abstracción de las formas. Un momento también en el que la conciencia toma forma en esta alteración de la realidad y nos da el beneficio de la duda, puede que este salto de percepción también sea una mentira, una realidad a medias, una falsedad sin sentido alguno. Es el efecto que da el exceso de seguridad, aunque parezca absurdo, parte de inseguridad. Es el poder jugar con los sentidos un derecho, pero un peligro real al fin al cabo. Es la paranoia nueva semilla de lo que eliminamos con el opio, la duda y el miedo.

Las cosas más triviales se vuelven fundamentales

Muchas veces en la vida encontramos momentos, objetos, incluso personas que en un principio no les damos el menor valor pero con el tiempo se convierten en primordiales para nosotros, podamos nombrar cientos y recordar miles. Extraído de un poema de Mario Benedetti, es una muestra más de cómo los pensamientos profundos vienen a la cabeza en un estado de somnolencia, bajo los efectos de los narcóticos. Una frase con fuerza personal, cotidiana y universal, grande, auténtica.

Eliminando los moldes del azar.
Como se agita el viento sin alimento
escucha mi canto abierto de par en par.

Nada es producto de la casualidad, la elección y las circunstancias son la única verdad. Y seguimos bajo la interpretación del opio como droga, realidad y sueño. Estos versos son nuevas referencias a la concreción del nuevo mundo, como las ideas absurdas superan al humor, la valoración de lo intrascendente, palpar la realidad con un nuevo sistema de medición, las formas son nuevas y como un niño, miramos asombrados al mundo que se presenta a nuestros ojos, la obertura del glorioso concierto de los sentidos, la euforia. Nuestras ideas no se basan en nada, en ninguna ideología arraigada y ramificada, en ninguna verdad absoluta o relativa, se concentran en la visión presente del momento, del ahora.

Replegado en la madriguera
como un animal acosado
bajo el efecto de la adormidera
y el peso de mis pestañas.

Un punto de inflexión, una vez experimentado el verdadero éxtasis, los efectos creativos y perceptivos comienzan a huir de nuestro cuerpo, dejándolo cansado y ausente de vida. Ahora solo sentimos la realidad de siempre, pero pierde el valor en una habitación oscura, con el agotamiento de no hacer nada y la extenuación de la mente. Cada uno que saque sus conclusiones, a mi modo de ver se trata del más sincero arrepentimiento. Pero también puede ser considerado como un precio adecuado a pagar por la experiencia vivida gracias al opio. Es simple y llanamente el estado final de torpeza física y mental.

Esquirlas de aire
arcano indescifrable.
En el jardín de mis delicias
pertenezco a la brisa.
Inhalo la niebla
que flota en el Ganges
es aceite de incienso
nos servirá de consuelo.

Un último apunte a la apreciación de la realidad, unos versos en lo que lo oriental y lo místico son protagonistas. La inspiración maná de la pipa y como nunca antes además de percibir, narramos, contamos, podemos describir mejor que nunca la absoluta paz en la que nos encontramos, la sensación de flotar en el aire, la de solo recordar lo bello, de reencontrarnos con el alma. Y así como el incienso es el aroma de Dios, el opio será el aroma del placer, consuelo del pueblo, como dijo Marx, “la religión es el opio del pueblo”, el adormecimiento de la moral y del ser.
Encontramos una referencia además en está estrofa a la pintura El Jardín de las Delicias del BoscoUna obra de alto contenido simbólico. Está parte del triptico hace alusión a los deleites carnales, a las delicias terrenales y bajo el efecto de la adormidera es más que seguro que terminaremos sumergidos en toda clase de placeres y pecados.


montse_rocco@hotmail.com





sábado, julio 12, 2014

Café con sabor a ayer

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA


Llueve de una manera copiosa allá afuera, tal vez como un reflejo de mis lágrimas reprimidas hasta el momento y por orgullo bien disimuladas, quisiese levantarme y gritarle unas cuantas verdades, pero mantengo la fría e indolente máscara.

Nos encontramos en nuestro lugar, donde antaño compartimos, risas, besos, cigarros y humeantes cafés.
La pequeña cafetería se encuentra en un barrio antiguo de la ciudad, donde se percibe un olor a romanticismo, a nostalgia y a noches perfumadas de jazmín y gardenias. Por eso me gustaba tanto frecuentarlo.
Los vecinos hicieron a bien poner macetas en los alfeizares de sus ventanas con sendas plantas y flores que impregnan las callejuelas e invitan a recorrerlas tomados de la mano y escurridizos entre sus pórticos besarnos, dando paso a nuestras reprimidas ansías y luego riéndonos de nuestra travesura, entrar al pequeño local de café a seguir compartiendo charlas interminables, degustando algún postrecillo con nuestras tazas, cigarros y libros. Si hiciera un recuento de las noches que compartimos en ese lugar, podría escribir un libro o tal vez echarme a llorar en este instante.

El silencio se hace cada vez más denso, seguimos aquí sentados, en esta pequeña mesa de madera junto al ventanal, que veladamente nos protege de miradas del exterior por esas hermosas cortinas finamente tejidas; que la dueña del lugar orgullosamente nos relató pertenecieron a su bisabuela y fueron un regalo de bodas.  
Enciendo un cigarrillo. Él, con una taza de irlandés en la mano, dándole vueltas, se le nota incómodo, tal vez quisiese estar en otro lugar. Absorta contemplo mis volutas de humo como se disipan, así como en este momento veo escurrirse entre mis dedos estás ilusiones que de antemano nunca debí albergar.
Ensimismada observo mi capuccino sin estar segura de hacer esa pregunta. Pero uno de los dos debe hacerla, sin más preámbulos la suelto.

- ¿Estás seguro de está decisión que has tomado?

- Sí, he tenido momentos de dudas, pero hoy sé que no he estado más seguro de nada en toda mi vida.

- ¿Y qué sucederá después? Quizás te arrepientas, ¿Qué va a ser de nosotros?

- Para mí no hay un “después”, nunca hubo un “nosotros” y eso tú lo sabías.

- No sé cómo puedes pretender echar de tu vida a una persona así tan fácil, y no quiero caer en chantajes emocionales, sabes que no soy así, pero ahora te veo tan absolutamente egoísta, solamente viendo tu conveniencia y este momento has decidido que yo, ya no te convengo o encajo en tus planes.

- No pido  que lo entiendas, ni siquiera que me comprendas, solo que lo aceptes.

 Con esta última frase, se incorporó, busco en su cartera, arrojo unos billetes en la mesa, y salió por la puerta, dejando como único recuerdo esos dos billetes para pagar aquel café. Su silueta se difumino entre la lluvia.

Nunca un capuccino había tenido un gusto tan amargo. En mis labios quedó un ligero sabor entre dolor y odio mezclado con unas gotas agridulces de melancolía.

Espere unos minutos, que a mí se me antojaron horas, tome su taza de café sin terminar y pose mis labios donde instantes antes había posado los suyos. A mi manera era un beso de despedida. Apure el amargo trago... Lo acepto, no lo comprendo, pero lo acepto. Ve, ¡sé feliz!

Imite su gesto, me levante, tome mi abrigo y puse otros dos billetes, junto a los suyos.


"Fuimos eso que no se cuenta, ni se admite. Pero nunca se olvida"

montse_rocco@hotmail.com

viernes, mayo 16, 2014

You Could Be Mine (Historias detrás de una canción)

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA





"You Could Be Mine" es una famosa canción de la banda de Hard Rock Guns N' Roses. Esta publicada en el disco Use Your Illusion II de 1991.
La canción fue escrita por Izzy Stradlyn y Axl Roses y está basada en la relación fallida entre Izzy y su ex-novia Angela Nicoletti.

La canción fue parte del proyecto para la grabación del famoso álbum Appetite for Destruction en 1987, pero según el melenudo guitarrista Slash no fue incluida en el mismo debido a que no habían logrado terminarla a tiempo, aunque él sentía que debía ser incluida en el Appetite y no en el Use Your Illusion II, ya que representaba el espíritu musical (y destructivo) de la banda en ese momento.
Aunque no fue escrita especialmente para ser usada en el cine, la canción fue selecionada por el director James Cameron para ser incluida en la famosa película Terminator II. Arnold Schwarzenegger organizó una llamativa cena con Axl y los otros miembros de la banda en su casa para negociar el acuerdo.

El video clip nos muestra al "simpatico" Schwarzenegger aparece en el rol de Terminator, llegando a un concierto de Guns N' Roses, con órdenes de asesinar a la banda ( con la idea que la música y el estilo la banda podía ser el combustible que los humanos necesitaban para luchar contra las máquinas. Sin embargo, al final de la canción el famoso exterminador evalúa a cada miembro de la banda con su sistema operativo primitivo. Al llegar a Axl decide que matarlo sería "un desperdicio de munición", por lo tanto tras observarlo un instante decide irse y probar suerte en otra cosa. Durante esta parte del video el guitarrista rítmico Izzy Stradlin está notoriamente ausente.
El video tuvo gran éxito y contribuyó enormemente a promocionar el estreno de la segunda saga de Terminator. Las imágenes de Guns N' Roses tocando la canción en vivo durante el video pertenecen al concierto llevado a cabo en el Ritz Club de New York, el 16 de mayo de 1991.
La canción tambien aparece en la cuarta versión de este personaje llamada Terminator: la Salvación.

Dado a que el video incluía clips de la película, no pudo ser incluido en el DVD compilatorio Welcome to the Videos debido a problemas de licencia.

Publicado por: detrasdelacancion.blogspot,com


montse_rocco@hotmail.com

martes, mayo 06, 2014

No te enamores...

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA



"No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe.
No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca.
No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma.

No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música.

No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo.

No te enamores de una mujer intensa, lúdica, lúcida e irreverente.
No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como esa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa..."

Martha Rivera Garrido, poeta dominicana.


montse_rocco@hotmail.com

miércoles, abril 30, 2014

La rosa y sus simbolismos

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA





La historia de la rosa es tan secreta, que muy escasos iniciados pueden comprender su profunda significación. La rosa es por excelencia el símbolo del secreto guardado, pues es una de las raras flores que se encierran en su propio corazón. Cuando abre su corola, está en la hora de la muerte.

Las más grandes de las sociedades secretas; La Santa Vehema, Templarios, la Francmasonería, tienen a la rosa por emblema. La más secreta de todas, aquellas cuyos jefes, sin ignorarse entre sí, nunca se encuentran unos a otros, la fraternidad de los Rosacruces, tiene su nombre enlazado al símbolo hermético de Cristo.

Desde la más remota antigüedad, la rosa fue honrada por dioses y héroes. Engalanaba el escudo de Aquiles, el casco de Héctor y de Eneas, así como la adarga de los valerosos caballeros de la edad media, con esta divisa de triple sentido: “Quanto si monstro men tan é più bella” (tanto menos se muestra, tanto más hermosa es)
Familiarmente, "découvrir le pot aux roses" significa descubrir un secreto, pero el origen de tal expresión es bastante poco conocido.

Antaño, nuestros bisabuelos y tatarabuelos, para imponer la ley del silencio a sus convidados, colocaban sobre la mesa un tiesto con un ramo de rosas. El buen tono y el honor exigían que toda la conversación iniciada bajo este signo fuese mantenida bajo riguroso secreto.
Tal costumbre se practicaba en otras partes con una variante; una rosa era colgada encima de la mesa del banquete y era obrar contra el honor repetir las conversaciones hiladas bajo la rosa (Sub-rosa).
Sucedía, para que se hablase con mayor libertad durante el ágape, que fuese cubierto el tiesto con un velo; antes de abandonar la mesa, se descubría el tiesto de las rosas y la ley del silencio volvía a ser una obligación sagrada.

Para los Pitagóricos, jueces francos, caballeros andantes, templarios, caballeros de Rodas, francmasones, rosacruces, Rosatis; para el alto clero, por último, la rosa posee un hondo significado esotérico.
Los jueces francos eran los miembros de la Santa Vehema constituidos en tribunal secreto y encargados de la ejecución de los individuos culpables de perturbar el orden social y religioso. En el acero de su hacha justiciera había grabados de un puñal y un caballero que llevaba un ramo de rosas. Quien traicionara el secreto colocado bajo el signo de la flor era asesinado con puñal.
Si pasaban cerca de una rosa tronchada, los jueces francos habían de llevarla a los labios o posarla sobre su corazón.

En el siglo XII apareció el rosetón en las vidrieras de las catedrales. Es por una rosa multicolor que la luz (verdad) entra en los santuarios. Para realizar tal maravilla en el rosetón de Nuestra Señora de París (12,90 metros de diámetro), fue menester que el maestro arquitecto conociese el secreto del Número de Oro, de la resistencia del material y de las fórmulas sabias, transmitidas únicamente a los grandes iniciados de las sociedades secretas.

Dondequiera intervenga la rosa, la acompañan el secreto y el silencio.

A comienzos de este siglo se podía ver en Lyon, en el número 14 de la calle Thomassin, sobre la puerta de entrada y grabada en piedra, una cabecita encapuchada, que una enorme rosa coronaba. ¿Rótulo de artesano?, ¿signo de pertenencia?, nadie ha descifrado aquel enigma, pero es probable que unos viajeros, al ver el rótulo, adivinen su oculta significación.

En la Edad Media existían numerosas posadas que llevaban la palabra “rosa” en su rótulo: “A la Rosa de Provins”, “La Rosa y la Eglantina”, “Posada de la Rosa”, "Posada de la Rosa Blanca”, etc.
Hay buenas razones para creer que tales posadas, que jalonaban las grandes carreteras de Occidente y el camino de los santuarios, eran regentadas por hosteleros afiliados a una sociedad secreta. El rótulo indicaba a los viandantes que se hallaban “bajo la rosa” y que cuanto dijesen o hicieran nunca sería divulgado.

Según Charles Nodier, un edicto del Parlamento de Ruán, en las postrimerías del siglo XVI, prohibió a los habitantes de la ciudad ir a la “Taberna de la Rosa” y a la “Taberna del Rosal”. De esa misma época data el cisma de la rosa, que opuso a los iniciados laicos a los iniciados cristianos. Las sociedades secretas que se hallaban bajo el signo de la flor apartábanse más y más del rígido dogma instituido por los jueces francos.
Los rosacruces serían, en nuestros días, los últimos paladines de la verdad sub-rosa, que los grandes ocultistas consideran como la única que proviene en línea recta de nuestros antecesores.

No obstante, con la rosa por mote, existe una suerte de supersociedad que, según dicen, seguiría teniendo algunos miembros en Portugal y en América del Sur. En la puerta de su morada estarían plantados –a uno y otro lado- un rosal rojo y un rosal blanco.

Jacques Coeur, cuya inmensa fortuna fue confiscada por Carlos VII y luego reconstituida, según la leyenda, merced al oro filosofal, pertenecía a aquella orden hermética. Y también esos “pilotos” de Juan II, de Portugal, que, obligatoriamente, se acogían a retiro en las Islas Azores o en la de Madeira, lejos de los curiosos, tras haber traído, diez años antes de Colón, oro de las minas de Brasil.

En el 715 se instituyó la bendición de las llaves de la Confesión de San Pedro, las que fueran dadas ulteriormente a algunos establecimientos religiosos privilegiados. Se piensa que de tal costumbre se deriva el rito de la rosa de oro o rosa de los Papas.

Hacía 1948, el Papa León IX ordenó a dos monasterios, detentores de las llaves de la Confesión de San Pedro, contribuir en gratitud y anualmente con una rosa de oro o pagar su valor.

La rosa de oro era entonces el símbolo de la fragilidad humana. La inalterabilidad del metal era una imagen de la eternidad del alma. Era una simple flor de escaramujo pintada de rojo; luego fue de uso encastrarla, en su centro, de rubies y piedras preciosas. Desde Sixto IV (1471), la flor de los Papas, cincelada en oro fina, era hecha de una rama espinosa que llevaba varias flores ornadas de un follaje.
La flor puesta en lo alto de la rama era mayor que las demás y llevaba a guisa de corazón, en el centro de la corola, una copita llena de agujeros. Cuando era bendecida la rosa, el Papa depositaba en tal cúpula perfumes que remedaban el olor de la rosa, para “recordar a los iniciados las propiedades misteriosas que están asociadas a la flor”.
Nunca el sentido secreto de la rosa cristiana ha sido revelado a los profanos.


El papel de las sociedades secretas fue acaso menos importante de lo que uno se complace en imaginar. Con todo, su acción pertenece a la historia secreta y a ese título merece ser destacada.



montse_rocco@hotmail.com

martes, abril 22, 2014

Jesús León Santos y la Mixteca Oaxaqueña

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA


"Pocos lo saben, pero existe un premio tipo "Nobel" de Ecología. en el año 2008 lo ganó Jesús León Santos, de 42 años, un campesino indígena mexicano que ha estado realizando, en los últimos 25 años, un excepcional trabajo de reforestación en su región de Oaxaca, México.

El nombre de la recompensa es "Premio Ambiental Goldman" Fue creado en 1990 por dos generosos filántropos y activistas cívicos Estadounidenses Richard N. Goldman y su esposa Rhoda H. Goldman. Consta de una dotación de 150.000 USD ($2,154,000 M.N.) y se entrega cada año, en el mes de abril, en la ciudad de San Francisco, California (Estados Unidos).

Hasta ahora ha sido otorgado a defensores del medio ambiente de 72 países. En 1991, lo ganó la africana Wangari Maathai, quien luego obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2004.

A Jesús León Santos se lo han dado porque, cuando tenía 18 años, decidió cambiar el paisaje donde vivía en la Mixteca alta, la "tierra del sol". Aquello parecía un panorama lunar: campos yermos y polvorientos,
desprovistos de arboleda, sin agua y sin frutos. Había que recorrer grandes distancias en busca de agua y de leña. Casi todos los jóvenes emigraban para nunca regresar, huyendo de semejantes páramos y de esa vida tan dura.
Con otros comuneros del lugar, Jesús León se fijó el objetivo de reverdecer los campos.
 Y decidió recurrir a unas técnicas agrícolas precolombinas que le enseñaron unos indígenas guatemaltecos para convertir tierras áridas en zonas de cultivo y arboladas.

¿Cómo llevar el proyecto a cabo? Haciendo revivir una herramienta indígena también olvidada: El tequio, el trabajo comunitario no remunerado. Reunió a unas 400 familias de 12 municipios, creó el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (Cedicam), y juntos, con recursos económicos limitadísimos, se lanzaron en la gran batalla contra la principal culpable del deterioro: La erosión.

En esa región Mixteca existen más de 50.000 hectáreas que han perdido unos cinco metros de altura de suelo desde el siglo XVI. La cría intensiva de cabras, el sobre pastoreo y la industria de producción de cal que estableció la Colonia deterioraron la zona. El uso del arado de hierro y la tala intensiva de árboles para la construcción de los imponentes templos dominicos contribuyeron definitivamente a la desertificación.

Jesús León y sus amigos impulsaron un programa de reforestación. A pico y pala cavaron zanjas-trincheras para retener el agua de las escasas lluvias, sembraron árboles en pequeños viveros, trajeron abono y plantaron barreras vivas para impedir la huida de la tierra fértil.

Todo eso favoreció la recarga del acuífero. Luego, en un esfuerzo titánico, plantaron alrededor de cuatro millones de árboles de especies nativas, aclimatadas al calor y sobrias en la absorción de agua.
Después se fijaron la meta de conseguir, para las comunidades indígenas y campesinas, la soberanía alimentaria.
Desarrollaron un sistema de agricultura sostenible y orgánica, sin uso de pesticidas, gracias al rescate y conservación de las semillas nativas del maíz, cereal originario de esta región. Sembrando sobre todo una variedad muy propia de la zona, el cajete, que es de las más resistentes a la sequía. Se planta entre febrero y marzo, que es allí la época mas seca del año, con muy poca humedad en el suelo, pero cuando llegan las lluvias crece rápidamente.
Al cabo de un cuarto de siglo, el milagro se ha producido.
Hoy la Mixteca alta esta restaurada. Ha vuelto a reverdecer. Han surgido manantiales con más agua. Hay árboles y alimentos. Y la gente ya no emigra.

Actualmente, Jesús León y sus amigos luchan contra los transgénicos, y
siembran unos 200.000 árboles anuales. Cada día hacen retroceder la línea de la desertificación. Con la madera de los árboles se ha podido rescatar una actividad artesanal que estaba desapareciendo: la elaboración, en talleres familiares, de yugos de madera y utensilios de uso corriente.

Además, se han enterrado en lugares estratégicos cisternas de ferrocemento, de más de 10.000 litros de capacidad, que también recogen el agua de lluvia para el riego de invernaderos familiares orgánicos.

El ejemplo de Jesús León es ahora imitado por varias comunidades vecinas, que también han creado viveros comunitarios y organizan temporalmente plantaciones masivas.

En un mundo donde las noticias, con frecuencia, son negativas y deprimentes, esta historia ejemplar ha pasado desapercibida".
Texto escrito por Agustín Mustieles.



Esta gente es la que en realidad necesitamos, que se preocupen por su tierra, por su entorno, por su gente y tengan una meta concreta, que luchen por sus sueños a pesar de las adversidades. No mentalidades mediocres adictas a la tv comercial, a pensar que siempre ha sido así y no se puede cambiar nada.
Me parece inaudito que hechos tan relevantes como este que les comparto no trasciendan a los titulares periodísticos y a las transmisiones de noticias en radio y tv. Los noticieros no informan lo que no vende.
Una ejemplar historia que merece siga difundiéndose y reconocer la gran labor de este hombre que soñó y creyó que sí se podía cambiar algo de su entorno y lo está logrando con paciencia y con perseverancia.

montse_rocco@hotmail.com


martes, diciembre 31, 2013

Coincidencias

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA



Y para cerrar este año 2013, mi último blog, que lo disfruteís ...

Camine sin rumbo fijo, horas atrás, sin plan, sin ruta programada, algo raro me sucede. Siempre  planeo todo cuanto hago, así que esto, es novedoso y un tanto apremiante para mí siempre organizada vida. La impaciencia, la incertidumbre atenazan. Pero siempre me repito es bueno romper esquemas y paradigmas. Aunque esto sólo lo hago por mi espíritu contestatario y provocativo.

Termine no sé cómo, en una bulliciosa y atestada plaza de el centro histórico de X ciudad; puede ser la tuya, la que sea, tú ponle nombre; todas son iguales, atestadas de gente contemplativa. Algarabía, risas, llantos, gritos, niños corriendo, un músico en una esquina intentando cautivar a los insensibles paseantes, un organillo que da vueltas gimiendo su nostalgia.

¿Les he contado cuanto me gusta contemplar esos cuadros vivos y pintorescos que interpretan las personas a mí alrededor?
Familias sonrientes comprando cualquier cosa, olvidando por un instante sus particulares problemas, risas cantarinas, estruendosas o chillonas dependiendo el infante ya sea complacido o no, en su particular capricho deseado.

Me deleito un rato observando lentamente, mientras camino y le doy una larga calada a mi cigarrillo, ¿les he dicho también que ese es otro de mis grandes placeres? ¿No? No, aún no les comparto mucho…
Observo a través del humo una banca; esa banca llama poderosamente mi atención, pero no es una banca cualquiera, está banca esta apartada, olvidada, casi escondida en una solitaria esquina, en el lugar menos concurrido de la gran plaza atestada, pareciese como si hasta con culpa o desprecio la hubiesen apartado a propósito, de ser colocada en un lugar más privilegiado, como para que no pueda ser admirada, como queriendo quitarle protagonismo o sólo para que la descubran ojos conocedores, ¿tal vez?

¡No lo entiendo! si una obra de arte de esa magnitud, de una autora tan afamada no se le da el sitio de honor dentro de una gran plaza, que nos podemos esperar o siquiera quejarnos de que nuestro nivel cultural este tan desestimado.

Sigo caminando, ejerce una fascinación en mí. Es como si me susurrase  que me acerque y  la acaricie, pero la banca recibe a una pareja sentada en uno de sus extremos que comparten sonrisas y algo más. Mientras le caen los rayos de sol y el ajetreo citadino se da un respiro. Las figuras misteriosas de bronce se convierten en guardaespaldas encapuchados, voyeurs metálicos.
Así que esperare un poco, camino por la solitaria calle no hay prisas, no hay planes. Recuérdalo, ¡al diablo por hoy los planes!. Esperare paciente hasta que esos enamorados se larguen de ahí.

Me entretengo observando las fachadas de esas casonas antiguas barrocas que invariablemente encontrarás en cualquier centro histórico de antiguas ciudades coloniales. Los balcones particularmente son el centro de mi atención; las curiosas formas que la forja de esos artistas del metal, el fuego y el marro que a base de golpes crearon. Belleza tan indescriptible, delicada e incomparable que no todos se detienen a mirar.
¿Es acaso que siempre hay que aplicar presión, dolor, dureza, para descubrir la belleza escondida en todas las cosas?
Al final de esa calle hay un museo escondido, un llamativo cartel me invita a pasar, es una pequeña exposición fotográfica, titulada "Freak-a-dos: Crónicas siamesas" pues veamos que nos depara dentro...

Un lugar pequeño, pero bien distribuido, una serie de arte-objetos, esculturas, fotografías, me dan la bienvenida, ha pasado ya unos meses desde que no entraba a un museo, y me arrepiento por dejar de lado ese tipo de actividades, tal vez culpo a la carencia de una buena compañía que disfrute y pueda estar a la altura, sólo me he rodeado de frívolas mujeres que desean copas en los bares de moda, ser vistas en el restaurante donde todas sus amigas van y terminar siendo folladas en el hotel más caro y extravagante, no las culpo lo valen, sus encantos bien han valido mi inversión, pero ¿pensar en ellas para llevarlas a un museo? ¿Intercambiar impresiones sobre una buena puesta en escena o un libro? No, jamás, sus exquisitas cabecitas huecas me puedo imaginar en qué posición las prefiero tener.

Camino entre fotografías y composiciones extrañas, instalación y performance, no entiendo del todo esa fascinación que hoy en día atrae hacia el arte-objeto,  pero la temática es lo que llama mi atención: “los freaks”
Ese tipo de personas que no encajan en los moldes establecidos, aquellos que gustan de nadar contra corriente, y en su búsqueda van encontrando otros como ellos, nunca iguales pues cada uno maneja su rareza como su sello distintivo pero se complementan, la parte melliza que buscamos pero que aquí se revela en una persona diametralmente opuesta, pero de esa extraña simbiosis, surge algo que nos hace sentirnos como parte de un “nosotros”, y no somos ni seremos nosotros, somos tu y yo, individuales, y extraños, peculiares y freaks,  pero de nuestras particularidades creamos y formamos un todo que por ese  breve espacio de tiempo nos unirá  aun cuando el "por siempre juntos" no exista.
Pienso más de lo que puedo expresar.

La exposición está montada en 3 niveles: infierno, purgatorio y paraíso, haciendo referencia a Dante. Hago algunas anotaciones, hay frases pintadas en las paredes a manera de collage acompañando las fotografías, algunas resuenan y hacen eco en mi  interior, como si fuesen escritas para mi. Continuo por las salas, subo otro nivel, y más fotografías, más objetos raros; pero mi atención sigue distrayéndose hacía la banca que está afuera. Me asomo por uno de los ventanales, espío a los intrusos. Hay gente tomándose fotos en la banca, eso me da esperanzas,  tal vez se levanten  para dejar  que las personas se tomen sus fotos más cómodamente, ¡pero no! Ni se inmutan y siguen charlando, ella sólo se acerca más a él, dejando más espacio para los turistas que desean llevarse un recuerdo en fotografía, ¡demonios! ¡maldición!  Tantas bancas y tenían que escoger precisamente esa.

Termino de ver la exposición de forma precipitada, ya no hay más que me interese en esas salas. Salgo decidido a sentarme en esa banca y corroborar la autoría; me importa un demonio si ellos siguen ahí, tal vez hasta logre incomodarlos y se larguen. Sí eso haré.

Cruzo la acera y me siento en el extremo de la banca, es bastante larga, alojaría comodamente a siete u ocho personas en ella. Paso mi mano por ella, como si acariciase a una mujer, tan fría, tan fuerte, áspera y de textura rugosa. Las figuras a mis espaldas: Seis magos, sirven de respaldo, seres expectrantes, dolorosos y tristes.¡Oh Leonora! ¿Cómo tus visiones fantásticas y oníricas las reflejas tan fielmente a través de tus obras?

Me voltean a ver, notaron la caricia prodigada a esta bella obra de arte,  probablemente ni siquiera saben en que están sentados, cruzo una mirada fugaz con ellos, pero ella continua con su relato, el sólo la escucha y de vez en cuando asiente ¿con aire aburrido? Pensé estarían charlando como cualquier par de enamorados, creando sus castillos en el aire, pero no es así, ella le cuenta historias familiares, hasta me parece interesante, su charla, no intenta justificarse, sólo expone de una forma un tanto impersonal, su alejamiento con su familia, habla de sus orígenes, a veces se le hace un nudo en la garganta y un leve cambio en su tono, indica dolor, rencor; no creo que el tipo que la acompaña, lo percibiera siquiera, eso sólo oídos entrenados lo detectan. Ella necesita un abrazo, empatía, que su compañero sólo comprenda, no le dé soluciones, tal vez sólo necesita ese breve contacto humano donde se transmite un “todo va a estar bien”.

Enciendo  nuevamente un cigarrillo. Sé por experiencia cuanto molesta  hoy en día a las personas, este hábito de nosotros los fumadores. Me preguntan ¿porque fumo? Los momentos más agradables y nostálgicos de mi vida, los he disfrutado con una taza de café y un cigarrillo entre los dedos. Es algo que quien no fuma jamás entenderá. Sonrío, apuesto que la dama en cuestión, sea de esas nuevas generaciones,  tan en boga, orgánicas y ecologistas, defensora de causas ambientales, aburridamente vegetariana, no beberá, ni fumará, su atuendo la delata, huaraches Oaxaqueños, viste de blanco, ropa de manta, un collar artesanal con una piedra muy singular en forma de dije, unos aretes hechos de granos de café, por cierto me encantarón, su melena enmarañada al viento, sin adornos superfluos, es del tipo de personas que llaman la atención, sin ser hermosas, sólo tienen algo que hace voltear a verlas. Exhalo una voluta de humo groseramente hacía ellos y cierro los ojos un momento mientras aspiro el humo del cigarrillo. Y divago.
Pienso como desde una banca se piensa, se contempla la metamorfosis del mundo que nos rodea donde sólo somos espectadores, donde el gran teatro del mundo continua. En una banca uno se sincera. Estática, una banca transforma a quién se sienta en ella: alienta los pies cansados del viajero, la ternura de los novios, acoge el nacimiento de la pasión, una palabra inquietante, enciende los pensamientos de un lector.

De pronto llega un olor a tabaco fuerte, tabaco cubano, lo reconozco cuando lo huelo. Continuo con los ojos cerrados y el hilo de mis pensamientos se pierde. Evoco momentos, recuerdos, de otros tiempos ya tan lejanos que me hacen temer que se diluyan  de tanto que los pienso. Me veo fumando ese mismo tabaco, en una casa cerca del mar, hubo un tiempo de risas y besos compartidos, caminar por la playa descalzos, juguetear en la arena, cuerpos sudorosos, agitados, fundiéndose, en un sublime acto de amor, suspiros exhalados al viento, cuando nos encontrábamos se quemaba más despacio la soledad en la tierra. No fue una historia larga, ni siquiera una hermosa historia, tan solo fue un breve lapso de tiempo. Hoy son, sólo anhelos convertidos en deseos, colmados de añoranza.

Ese olor continua inundando el ambiente.¡Es ella la que fuma!, ¿Pero cómo es posible? Eso no encaja en el perfil, que hice hace unos momentos, se me escapa una media carcajada, creo estoy perdiendo el toque.  Así que pequeña dama, ¿Este es sólo un disfraz que usas para los paseos dominicales? ¿Cómo serás realmente fuera del disfraz? ¿Oficinista? No, no me la imagino, ¿Empleada de alguna tienda de esas esotéricas? Oh si, encajaría. La veo leyendome las cartas del tarot o haciendo mi carta astral. Rodeada de incienso y otros artilugios. Río abiertamente y la observo sin la más mínima discreción, si mi madre me viera y yo fuera un crío me regañaría diciéndome: "Enrique es de muy mala educación mirar a las personas fijamente cuando no las conoces".

Cigarros Cohiba, no he visto tan frecuentemente mujeres que fumen esa marca y ese tipo de cigarrillos, bueno, si lo he visto en algún sofocante tugurio, en algunas ciudades de las costas hay mujeres de no muy buena reputación, que gustan de un aguardiente local acompañarlo con esos cigarrillos de sabor fuerte como diríamos "para hombres" tabaco negro, de un olor exquisitamente rico y distintivo. Si le hubiera puesto un cigarrillo mentalmente en las manos hubiese sido un mentholado.

Más intrigado seguí observándola, dar largas bocanadas, su mirada por instantes se perdía y hacía pausas en su relato, como pensándose mejor que desnudar y que no, tal vez el tipo no merecía toda su franqueza. Hay personas que no merecemos lo que se nos regala y la confianza es una de ellas. 

Sintió mi mirada y nuestros ojos se encontraron, por breves y eternos instantes, sostuvimos la mirada, con interés, desafío y algo de asombro, emoción, como quien se descubre por primera vez, había también algo más, como si nos leyéramos el alma, nos perdimos en la inmensidad de lo profundo de nuestros ojos negros. Es imposible pero nos tragamos.

Confuso desvié la mirada, ¿que había sucedido en ese lapso incierto de tiempo? ¿fueron segundos solamente o largos minutos? ¿su novio se dio cuenta? No me importa el tiempo, no me importa el tipo en cuestión, lo que me atenazaba era ¿que tipo de conexión hubo entre nosotros y porque? Sólo somos unos completos desconocidos perdidos hasta ahora, sentados en una banca muy singular, una banca que me atrajo y me llevo a coincidir con ella en tiempo y lugar.

Deseaba, ¡no! más que desear, necesitaba cruzar palabras con ella, no podía dejarla ir sin siquiera saber si volvería a verla, si nuestros caminos volverían a cruzarse. Busque indicios de algo que me llevará a encontrarla,  había un libro entre ellos.El título: Demian de Herman Hesse (uno de mis favoritos por cierto), un bolso abierto donde asomaban los cigarrillos, y una agenda elegante. Era todo lo que podía ver.

No daban indicios de que se irían pronto, eso me daba tiempo. Solté el aire contenido, ni siquiera me había dado cuenta de mi modo aprehensivo. Podría seguir escuchando furtivamente la charla y saber algo de ella.

Me levante de la banca y cruce la calle hacía un establecimiento de café tipo Francés, con mesas en la acera, pequeños floreritos como centros de mesa con rosas rojas invitando a la charla romántica y velas que se encenderían una vez caída la tarde, sombrillas coloridas protegiendo del sol a los comensales y con vitrinas exhibiendo todo tipo de panecillos y pasteles exquisitamente decorados. Por un momento se me antojo estar ahí sentados la desconocida y yo charlando más cómodamente. Aleje ese pensamiento, no era mi momento. Compre un café, otra caja de cigarrillos, queme unos minutos extras mirando cualquier cosa en las vitrinas del café y regrese lentamente hacía la banca. Ella me observo todo el trayecto hasta que me volví a sentar, muy casual e hice lo que la mayoría de los jóvenes hoy disfruta con tanto ahínco sacar el móvil y perderse horas navegando o chateando con sus amigos, fingí ensimismarme con el mio. Mientras la escuchaba continuar con su relato, terminó la historia de su familia que narraba. Su acompañante emitió algunas opiniones que a mi parecer eran comentarios sosos y estúpidos como de aquel que no le importa en mayor medida los problemas ajenos o entender el porque ella se abría así con el, ¡era un perfecto imbécil! No entendía como hay mujeres que les gusta rodearse de tipos así, era obeso, poco agraciado, con una indumentaria deslucida, algo desaliñado. De pronto ella pidió algo, el se incorporó y solícito fue a comprarlo, ella le entrego dinero de su bolso y le dijo, "si quieres compra también uno para ti". Él contesto con un "no gracias" ¡Vaya! ¿ni siquiera el podía cortesmente invitarselo? ¡¿que tipo de galán traía por Dios?!. Era el momento que esperaba, me dirigí a ella y le pedí su encendedor, simulando que el mio tenía una falla y no encendía más; busco en su bolso y como muchas mujeres, lo guarda dentro de la misma cajetilla, le hice un comentario referente a sus cigarrillos:

_No es común que vea a una mujer fumado esa marca en especial.
Soltó una risa y dijo:
_No, no es usual, pero a veces me lo permito.
_Es un sabor muy fuerte, ¿te gusta?
_Tanto como el café_  He hizo un ademán hacía el mio.
_¿Puedo invitarte uno?
_Gracias, pero ya me traerán uno
_¡Oh, perdón!, ¡cierto! tu novio fue por uno ¿no?
_No es mi novio y sí le encargue uno, el olor del tuyo me hizo querer uno_Y sonrió, tenía una sonrisa bella y sincera, me recordó a un niña, una sonrisa tierna y picaresca, se le marcaron unos hoyuelos en las mejillas. Y su rostro se ruborizo. Hacía tiempo que no veía a una mujer sonrojarse de forma tan natural.

_Deduzco por tu expresión que aunque no es tu novio, son algo más ¿no?_se lo solté, ya me había dado más información de la que esperaba pero deseaba saber todo lo posible, antes que llegará el tipo en cuestión y nos interrumpiera.
_Hamm, pues si, pero es complicado, somos algo, y a la vez nada, digamos amigos que comparten momentos en una relación bizarra_Desvió la mirada hacía el establecimiento de enfrente, como esperando que él no estuviera espiándonos.
_Vale, no te estoy interrogando, sería muy descortés de mi parte, siendo unos completos extraños ¿no?.Sin conocernos siquiera_Tire el anzuelo, espere su respuesta, pero ella lo esquivo_Retomando la pregunta inicial, hablábamos de tus cigarrillos...
_Vale... mis cigarrillos porque te causan tanta curiosidad?.
_No es tanto curiosidad, ok, me has pillado_sonreí como un niño que lo han agarrado en la mentira_ Si es curiosidad. Te confesaré algo, tenía los ojos cerrados y percibí el aroma y trajo a mi mente momentos y recuerdos. Por un instante me transporte a otros tiempos y lugares.

Sorprendida abrió más sus grandes ojos, eran negros, muy expresivos, enmarcados por unas largas pestañas. Unos ojos atrayentes de mirar profundo.
_Me sucede lo mismo, pienso en mi padre, el fumaba habanos cubanos, me recuerda el mar, el olor a sal, la arena de la playa, un cafecito antigüo en una callejuela escondida, un trovador cantando coplas, me recuerda un danzón, ¿has escuchado  el danzón Nereidas? Mi padre lo adoraba._Un suspiro involuntario se le escapo de sus delgados labios.
_Conozco ese danzón, ¿no eres cubana ¿verdad?_solté otra pregunta, por sus respuestas tan francas y abiertas, deducía que era una persona muy extrovertida, con facilidad para sociabilizar y con don de gentes. Una persona que encajaría en cualquier lugar, y con habilidad para mantener una charla por horas.
Me intrigaba más, por lo que había dicho, extrañaba a su padre, hablaba de él en pasado, tenía raíces cubanas o de algún lugar en la costa, menciono el mar y el danzón, le gustaba el café, tal vez el son o la trova. Seguí hilando.
_¡No por diosa! ¿lo parezco?_ reía abiertamente, con una expresión coqueta. ¿Esperaría un halago?

No pude responderle, se acerco el tipo, sin darnos cuenta ya estaba a su lado ofreciéndole el café y mirándome de soslayo con una mirada hosca.

_Ten, sólo había cortado, con leche normal.
Ella hizo un mohín y levanto los hombros.
_Lo hubieras pedido expresso, sabes que me caerá mal
_Se me olvido, tomatelo así.
Curioso pregunte
_¿Te hace daño el café?
_No. Es por la leche, soy intolerante.
Él se nos quedo viendo, lanzando una pregunta muda. "¿Por que te metes en nuestra charla?" "¿Se conocen?"
_¡Oh por cierto! Carlos te presento a un desconocido que le llamo mucho la atención mi particular gusto por los Cohiba, y con el cual charlaba de ello.
_Desconocido _ sonriéndome_ te presento a Carlos.
Reí, no pude evitarlo, era sagaz y sutil, ahora ella conocería primero mi nombre y sin siquiera preguntármelo.
_Mucho gusto Carlos, soy Enrique para servirós_ Me levante de mi asiento en el acto y extendí la palma en un gesto cortés.
Carlos sólo meneo la cabeza, a modo de saludo, sin siquiera extender la mano para corresponder la mía. Haciendo gala de su educación. Y sólo expreso un cortante "hola". Como lo venía diciendo, un tipo, que no encajaba con ella, de gesto adusto y sin la mínima intención de integrarse, se volvió hacía ella  y le dijo: "¿nos vamos?" ¡Vaya cortesía!
Ella sabía mi nombre y yo aún no había podido saber el suyo, si se iba en ese momento quedaría como al principio, ¡vaya estúpido que había sido!, me deje llevar por su charla amena y no hice las preguntas precisas y adecuadas, perdí mi oportunidad. Me maldije interiormente, ahora estaba en sus manos.
_No, ¿por que? además sería grosero de nuestra parte, pensará Enrique_ y me miró_ que nos ha molestado.
Perfecto, eso me daba más tiempo.No lo desaprovecharía.
_No, jamás importunaría; además yo sólo quería un encendedor ¿lo recuerdas?. No los molesto más, muchas gracias desconocida dama._Extendí la mano, e hice un ademán de irme y le sonreí como esperando devolviera el gesto.
_¡Touché!_contesto ella y se carcajeo. Mientras Carlos muy serio nos observaba. Molestandole esa camaradería inusual entre dos desconocidos, o la confianza que se palpaba como si fuésemos amigos de años. Y que habíamos logrado en escasos minutos.
_Muy bien caballero, lo merezco, por descortés_ Extendió su mano y estrecho la mía_Mi nombre es Sarah.
Tenía manos suaves, fue breve el contacto. Al menos ya sabía su nombre: Sarah, un bello nombre.
_Y no nos molestas, ¿verdad Carlos?_ Volteo a verlo con una sonrisa gélida y retándolo a que le contradijese.
_ Siéntate por favor, acompáñanos y platícanos que haces por aquí.
Me volví a sentar a pesar de la mirada de Carlos que me decía todo lo contrario, se leía un "largate y deja de flirtear con mi mujer"
_Pues.. deambule y me encontré aquí, no se como, mis pasos me guiaron a está calle y entre a ese museo, deberían de visitarlo tiene una exposición rara pero interesante_ Señale el viejo edificio junto al café, de donde momentos antes había salido.
_ Ya lo visitamos unas horas atrás. Carlos quiso ver esa exposición cuando caminamos también por aquí, al igual que tú no traíamos plan, llegamos a este lugar y empezamos a andar, rodeamos la plaza y descubrimos ese museo, ni siquiera sabía que existía. La exposición tiene elementos rescatables, por lo demás me pareció algo extenuante, demasiado yuxtapuesta.
_¿No la entendiste?_le pregunte 
_Tal vez no, aunque me gustó la propuesta "Hay que vivir a morir" del primer piso, el que correspondía al infierno.
_ ¿Notaste la correspondencia de los tres pisos en que está montada la exposición con los círculos dantescos? _Exclame sorprendido.
_Pues si se notaba algo, la curaduría de la planta baja decía en algunas de las paredes "Es el infierno, pero hay salidas de luz. Si el arte está enfermo, vamos a curarlo". El siguiente piso está concebido como purgatorio, en el que recordaba lo cotidiano amado,cuando vivimos en pareja donde hay momentos felices, momentos insólitos que aderezan nuestro día a día pero también hay peleas, confrontación. Los infiernos que todos hemos vivido a consecuencia de la salud y la enfermedad. de la carencia, de la perdida de emociones y victimas de la cotidianidad_Terminó y su voz sonó apagada, triste con eso último.

Pareciese que extrapolaba el tema de la exposición hacía cuestiones más personales.

_¿Y a tí que te pareció _Pregunta dirigida a Carlos con un poco de malicia, como queriendo saber hasta donde llegaba su percepción o su conocimiento.
Carlos levanto los hombros:
 _Algo friki, extravagante con el concepto de los siameses enfermos, heridos y curados con su arte kitsch.
_Creo que tampoco a ustedes les convenció del todo ¿verdad?_ afirme más que preguntarles._Coincido, que hay muchas exposiciones de arte contemporáneo que son difíciles de digerir, entender y más cuando previamente no explican el concepto, cuando uno deambula por las salas preguntándose de que va, o que quieren decir o expresar los artistas. No me ufanaré de haberlo entendido, sólo me llamo la atención ciertos y particulares detalles, como decías Sarah hay elementos rescatables por lo demás también te doy la razón a veces sentía que estaba un tanto sobrecargada con tantos elementos sobreponiendose unos a otros. Por ello mejor termine rápido la exposición y me salí a disfrutar otras esculturas_Y lo dije posando una mano sobre la banca donde nos encontrábamos sentados.

Sarah sonrió y dijo:
_Prefiero el arte más clásico o ya no soy tan joven para entender las nuevas corrientes, por ejemplo a mi me apasionan más y disfruto más a los artistas de la vieja escuela. Es como estas bancas; dispersas por la ciudad, cruelmente anónimas, sin una placa identificatoria para que el transeúnte que pasa de largo, sin prestar atención, sin detenerse a mirar o a tomar asiento, conociera quien las realizó y poder admirarse de estas bancas de formas inusuales, que se fusionan con el paisaje urbano, invitandoles a descansar, a tomarse unos minutos para observarlas, tomarles fotografías.Vivir las esculturas de otra manera, más allá de las vitrinas de los museos donde es impensable poder tocar una obra de arte. Como está de Leonora Carrington donde no sólo la fotografías a lo lejos. Aquí la palpas, te sientas, puedes recostarse, hacer de ella un recuerdo de charlas con amigos.

Dios de mi vida, me dejo perplejo. Enmudecí. No podía articular palabra. Ella conocía esta banca, sabia lo que yo solo sospechaba, que era una obra de arte de Leonora y momentos antes yo los tachaba de un par de ignorantes que ni siquiera imaginaban donde estaban posados.
Y nuevamente me dejaba en menos de diez minutos estupefacto y atónito.

Sarah continuó, probablemente pensó que sabía de lo que hablaba, así que procedió a seguir explicando.
_Sólo es posible ubicarlas por la originalidad del diseño. Para el caminante, deseoso de recorrer la ciudad, puede ser una invitación a convertirse en aventurero descubridor de piezas de arte que juegan a ser asientos. Estas bancas que ahora están dispersas por las calles del centro histórico formaron alguna vez parte de una exposición llamada "Dialogo con bancas" y estuvieron todas ellas sobre Reforma, eran una atracción turística que lamente mucho cuando las quitaron y  dispersaron de ese lugar que era el marco ideal para ellas. Esta valiosa escultura por ejemplo se llama "Ya no hay lugar", Sin embargo, la gente va y viene sin detenerse a observarla. Seis rostros de magos juegan a ser banca: un truco de mobiliario urbano o surrealismo.

_¿Y porque estás tan segura de que está banca es obra de Leonora?_ Hice la pregunta con suspicacia, todavía quería poner a prueba su conocimiento, aunque yo ya sabía la respuesta.
_Por su firma acá atrás_ Sonrió como una niña que conoce un secreto y de rodillas sobre la banca, se inclinó por el respaldo y me señalo donde ella afirmaba que estaba la firma del autor. No pude aguantar más me incorpore y di la vuelta a la banca; me acuclille donde ella señalaba. Pase mi mano por la firma. Sonreí ampliamente, la mire y nuestras sonrisas fueron cómplices por el hallazgo.

_Nunca pensé que tú conocieras la obra de Leonora, o siquiera supieras donde te encontrabas sentada_Esto último se me zafo sin poder evitarlo.
_ ¡Ah! ¿Así que dictaminaste que era una ignorante? ¿no?. Pues se ha llevado una sorpresa señor versado en las artes y conocedor o una desilusión al haber errado en su análisis?_  Terminó con un tono mordaz, irónico y un brillo de rabia en sus ojos.

Debí pensar mejor lo que decía, me reproche, el hecho de externar lo que había pensado horas antes cuando los descubrí en la banca y en este momento presa de la emoción haberlo mencionado, fue motivo de que ella se pusiera a la defensiva, como si ya estuviera acostumbrada a que la gente la clasificara de inculta. Creo que toque una fibra sensible.

_Me disculpo, por como debió sonar ese comentario. Nunca fue mi intención insinuar que fueras una persona ignorante. Sólo que como tu misma lo dijiste antes, ¿cuantas personas pasan de largo y no imaginan siquiera que hay obras de arte de excepcionales y renombrados artistas convertidas en mobiliario urbano?. Tu coincides también que estamos acostumbrados a ver este tipo de arte detrás de vitrinas en museos y nunca jamas se nos permite tocarlos_ Esperaba que esto mitigara un poco mi imperdonable comentario anterior y ella quedara satisfecha con la explicación.

_Así que tú Enrique, ¿si conocías está escultura y por ello tú interés desde que llegaste? Sí lo note, como la examinabas atentamente y como tú mano acaricio la banca_ Aunque parezca distraída, hay veces que ciertos detalles captan mi atención. Y dime ¿deseaste que no estuviéramos aquí sentados para poder buscar la firma del autor sin que la gente te tachara de loco?_ Seguía un poco a la defensiva, y además parecía que leyera mi mente, todo lo que pensé antes ella lo intuía o lo adivinaba. 

Carlos sonreía socarronamente, disfrutando que ella estuviese ahora molesta u ofendida por mi imperdonable error y que me tachara de presuntuoso y petulante. Para él sería mejor que ahora le cayera mal a seguir con la camadería de momentos antes, como sí fuésemos amigos.

_Te confieso que si tuve la urgencia de buscar la firma para corroborar mis sospechas, pero me contuve, por respeto hacía las personas que se encontraban sentadas o tomandose fotos. Decidí regresar otro día y verla con más calma._Mentí. Preferiblemente, a seguir tratando de compensar mi error. Y tal vez equivocarme o proseguir dando una mala impresión, tenía que ganar el terreno perdido.
_Tál vez ustedes también visitarón la exposición: “Leonora Carrington en la Ciudad de México". Donde se mostró parte de su obra compuesta por grabados, pintura y escultura. Y ahí estaba está banca y otras piezas más. Fue creo en el año 2008.

_Sí la visitamos estuvo genial, ¿verdad nena?  _Carlos al mismo tiempo que hacía el comentario poso su mano en el hombro de Sarah y prosiguió:
_Se tomo miles de fotos en las bancas, ¡se subía a todas!
Sarah lo interrumpió:
_La exposición que Enrique menciona es otra y la que tú dices donde me tome "miles"_ (lo dijo con tono sarcastico)_ de fotos es la de "Dialogo con bancas" 
Carlos prosiguió dándole poca importancia a su error:
_Ella admira a Leonora y  también a Remedios Varo, ¿la conoces?
Asentí mientras el seguía con su perorata...
_Cuando hay exposiciones, siempre se entusiasma igual que una niña y la llevo a verlas_terminó con un tono de macho territorial ostentoso. Me causo risa. No tenía nada que demostrar.
Ella se volvió un poco desconcertada, le lanzó una mirada indescifrable, tal vez como si no estuviera acostumbrada a ese tipo de demostraciones de cariño en publico o el mintiera y nunca la acompaño y ahora quería dar la apariencia de amante atento en cumplir cualquier deseo o capricho de su dama.

_Si también admiro la obra de varios surrealistas_ Le conteste su pregunta a Carlos_ Entre ellos Dalí, Bretón y por supuesto Varo. De hecho a su muerte se pronunció en diversos medios escritos el adiós a la última surrealista. Ya lo decía Octavio Paz "Leonora Carrington no era una poeta sino un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sonrisa que se convierte en un pájaro".
_ Sarah si leíste la entrevista que se le hizo al pintor y escultor Leonardo Nierman, donde aseguró que la muerte de Leonora Carrington “es una pérdida de impacto mundial”. Explicó que ella fue una pieza muy importante en un momento de gran creatividad de la pintura del siglo XX: el surrealismo. Explicó que el surrealismo abrió puertas de libertad a toda una generación de pintores y su biografía es una novela desde su relación con Max Ernst –otro de los gigantes de esta corriente artística– que definitivamente marcó su paso por la historia de la pintura como personaje.

_Si Enrique, leí varios periódicos y noticias al respecto. Lamento que se le haya terminado el tiempo. Leonora  y Remedios fueron mis dos favoritas porque se encargaron de inventar nuevos mundos, encarnaciones del inconsciente y eso no es fácil hoy en día. Recuerdo una frase de ella que me gusta mucho citar: “¿El mundo que pinto? No sé si lo invento, yo creo que más bien es ese mundo el que me inventó a mí”

Se hizo un silencio cómodo como si cada uno se perdiera en sus propios pensamientos, dando unos segundos de silencio a la memoria de Leonora, tan sólo roto por el imbécil de Carlos

_Llegaremos tarde, a menos que ya no te apetezca ir...O prefieras posponerlo para otro día, pero recuerda que saldré de viaje y después ya no tendremos tiempo_ soltó Carlos con tono de advertencia

Sarah salió del trance en que estaba y dudo un momento, entre quedarse y seguir charlando conmigo o ir a donde le recordaba Carlos, Yo no lo sabía, no tenía forma de saberlo en este instante, ¡No leía mentes por Dios! Y en esos momentos los apetitos e impulsos del deseo ganaron en su elección y yo perdí. Carlos había jugado inteligentemente sus cartas y yo desconocía el juego.
Sarah se incorporó y se despidió:
_Un enorme gusto conocerte Enrique, tu charla es muy interesante, coincidimos en gustos por el arte e imagino que si hablamos de libros también tendremos puntos en común, pero el tiempo nos juega una mala pasada, espero encontrarnos en alguna exposición de Leonora o Remedios algún día._ Extendió su mano y se la estreche con cierta emoción y desilusión por el lapso tan breve que compartimos que hubiese querido alargar más, pero no tuve la sagacidad de salvar ese obstáculo, así que sólo atine a asentír y la mire por ultima vez a los ojos. En los míos se leía un: ¡quedate!
_Adios Sarah...el gusto créeme fue mio.
Sarah desvió la mirada, retiro su mano que aún retenía entre la mía. Carlos sólo hizo otro ademan con la cabeza a manera de despedida, con una sonrisa de triunfo la tomo del brazo y se fueron caminando por la calle solitaria. El sol poniente caía sobre sus siluetas y sus sombras se fueron extinguiendo hasta que desaparecieron del horizonte.
Prendí un cigarrillo, suspire y vino a mi mente una canción de Silvio Rodriguez:

"Soy vecino de este mundo por un rato y hoy coincide que también tú estas aquí. Coincidencias tan extrañas de la vida, tantos siglos, tantos mundos, tanto espacio y coincidir."

Fragmento del capítulo 2



Otros fragmentos de la historia:
Cicatrices
Delirios danzando
Prólogo del libro


montse_rocco@hotmail.com



domingo, diciembre 08, 2013

Nostalgias en común

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA



El famoso escritor colombiano Gabriel García Marquez, autor de textos tan universales como: El amor en tiempos del cólera y su famoso 100 años de soledad también cayó rendido a la música del cuarteto de Liverpool. Es por ello que a finales de 1980 escribió una vivencia basada en este grupo de rock britanico y con motivo de la muerte de Lennon y la nostalgia:

"Ha sido una victoria mundial de la poesía. En un siglo en que los vencedores son siempre los que pegan más fuerte, los que sacan más votos, los que meten más goles, los hombres más ricos y las mujeres más bellas, es alentadora la conmoción que ha causado en el mundo entero la muerte de un hombre que no había hecho nada más que cantarle al amor. Es la apoteosis de los que nunca ganan.

Durante 48 horas no se habló de otra cosa. Tres generaciones —la nuestra, la de nuestros hijos y la de nuestros nietos mayores— teníamos por primera vez la impresión de estar viviendo una catástrofe común, y por las mismas razones. Los reporteros de la televisión le preguntaron en la calle a una señora de 80 años cuál era la canción de John Lennon que le gustaba más, y ella contestó como si tuviera quince: La felicidad es una pistola caliente. Un chico que estaba viendo el programa dijo: “A mí me gustan todas”. Mi hijo menor le preguntó a una muchacha de su misma edad por qué habían matado a John Lennon, y ella le contestó como si tuviera ochenta años: “Porque el mundo se está acabando”. 

Así es: la única nostalgia común que uno tiene con sus hijos son las canciones de los Beatles. Cada quien por motivos distintos, desde luego, y con un dolor distinto, como ocurre siempre con la poesía. Yo no olvidare aquel día memorable de 1963, en México, cuando oí por primera vez de un modo consciente una canción de los Beatles. A partir de entonces descubrí que el universo estaba contaminado por ellos.
En nuestra casa de San Ángel  donde apenas si teníamos donde sentarnos, había solo dos discos: una selección de preludios de Debussy y el primer disco de los Beatles. Por toda la ciudad, a toda hora, se escuchaba un grito de muchedumbres; "Help, I need somebody”.

Alguien volvió a plantear por esa época el viejo tema de que los músicos mejores son los de la segunda letra del catálogo: Bach, Beethoven, Brahms y Bartok. Alguien volvió a decir la misma tontería de siempre: que se incluyera a Bosart. Alvaro Mutis, que como todo gran erudito de la música tiene una debilidad irremediable por los ladrillos sinfónicos, insistía en incluir a Bruckner. Otro trataba de repetir otra vez la batalla a favor de Berlioz, que yo libraba en contra porque no podía superar la superstición de que es oiseau de malheur, es decir, pájaro de mal agüero. En cambio, me empeñe, desde entonces, en incluir a los Beatles.

Emilio García Riera, que estaba de acuerdo conmigo y que es un critico e historiador de cine con una lucidez un poco sobrenatural, sobre todo después del segundo trago, me dijo por esos días: “Oigo a los Beatles con un cierto miedo, porque siento que me voy a acordar de ellos por todo el resto de mi vida”. Es el único caso que conozco de alguien con bastante clarividencia para darse cuenta de que estaba viviendo el nacimiento de sus nostalgias. Uno entraba entonces en el estudio de Carlos Fuentes, y lo encontraba escribiendo a maquina con un solo dedo de una sola mano, como lo ha hecho siempre, en medio de una densa nube de humo y aislado de los horrores del universo con la música de los Beatles a todo volumen.

Como sucede siempre, pensábamos entonces que estábamos muy lejos de ser felices, y ahora pensamos lo contrario. Es la trampa de la nostalgia, que quita de su lugar a los momentos amargos y los pinta de otro color. Y los vuelve a poner donde ya no duelen. Como en los retratos antiguos, que parecen iluminados por el resplandor ilusorio de la felicidad, y en donde sólo vemos con asombro cómo éramos de jóvenes cuando éramos jóvenes, y no sólo los que estábamos allí, sino también la casa y los árboles del fondo, y hasta las sillas en que estábamos sentados. El Che Guevara, conversando con sus hombres alrededor del fuego en las noches vacías de la guerra, dijo alguna vez que la nostalgia empieza por la comida. Es cierto, pero sólo cuando se tiene hambre. En cambio, siempre empieza por la música. En realidad, nuestro pasado personal se aleja de nosotros desde el momento en que nacemos, pero sólo lo sentimos pasar cuando se acaba un disco. 

Esta tarde, pensando todo esto frente a una ventana lúgubre donde cae la nieve, con mas de cincuenta años encima y todavía sin saber muy bien quien soy, ni que carajos hago aquí, tengo la impresión de que el mundo fue igual desde mi nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar. Todo cambio entonces. Los hombres se dejaron crecer el cabello y la barba, las mujeres aprendieron a desnudarse con naturalidad, cambió el modo de vestir y de amar, y se inicio la liberación del sexo y otras drogas para soñar. Fueron los años fragorosos de la guerra de Vietnam y la rebelión universitaria. Pero, sobre todo, fue el duro aprendizaje de una relación distinta entre los padres e hijos, el principio de un nuevo dialogo entre ellos que había parecido imposible durante siglos.
El símbolo de todo esto —al frente de los Beatles— era John Lennon. Su muerte absurda nos deja un mundo distinto cargado de imágenes hermosas. En Lucy in the sky, una de sus canciones más bellas, queda un caballo de papel periódico con una corbata de espejos. En Eleanor Rigby —con un bajo obstinado de chelos barrocos— queda una muchacha desolada que recoge el arroz en el atrio de una iglesia donde acaba de celebrarse una boda. “¿ De dónde vienen los solitarios?”, se pregunta sin respuesta. Queda también el padre MacKensey escribiendo un sermón que nadie ha de oír, lavándose las manos sobre las tumbas, y una muchacha que se quita el rostro antes de entrar en su casa y lo deja en un frasco junto a la puerta para ponérselo otra vez cuando vuelva a salir. Estas criaturas han hecho decir que John Lennon era un surrealista, que es algo que se dice con demasiada facilidad con todo lo que parece raro, como suelen decirlo de Kafka quienes no lo han sabido leer. 

Para otros es el visionario de un mundo mejor. Alguien que nos hizo comprender que los viejos no somos los que tenemos muchos años, sino los que no se subieron a tiempo en el tren de sus hijos."
Gabriel García Marquez 


montse_rocco@hotmail.com

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...