CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADA
Al final de la jornada del 26 de Julio los reportes
oficiales dieron cuenta de 200 detenidos, 200 heridos (5 agentes, 3 altos
mandos, 3 periodistas,) 15 comercios saqueados y 76 comunistas detenidos.
La policía capitalina afirmo que intervino a solicitud de la FNET, porque denunciaron a infiltrados y provocadores que habían tomado autobuses para dirigirse al Zócalo.
La policía capitalina afirmo que intervino a solicitud de la FNET, porque denunciaron a infiltrados y provocadores que habían tomado autobuses para dirigirse al Zócalo.
El DDF llego a
negar la irrupción policiaca. La FNET a su vez acuso de los hechos a La
Juventud Comunista, a quien reclamo, haber distorsionado el espíritu de la
manifestación que tenia como propósito “Defender al Instituto Politécnico
Nacional”
La policía no tardo en señalar a los comunistas como los responsables, los llamo “agitadores” y “provocadores” y los acuso de aprovechar la marcha de los politécnicos “para consumar hechos reprobables”, según un comunicado emitido en la noche del 26 de Julio.
La emprendieron
contra El Partido Comunista. Allanaron sus oficinas, en la calle Mérida 186 de
la Col. Roma, y los talleres y la redacción de su periódico La Voz de México.
Allí detuvieron, sin previa orden de aprehensión, a dirigentes de la CNED y de
la JCM. En total,76 dirigentes y militantes comunistas fueron detenidos y 46 de
ellos consignados por daño en propiedad ajena, robo, lesiones, injurias,
amenazas contra la autoridad, secuestro, resistencia de particulares,
pandillerismo y ataques a las vías generales de comunicación.
La intervención del ejército auguro que las protestas de los estudiantes tendrían un final trágico
A partir del 27 de
Julio la movilización estudiantil comenzó a extenderse en las calles: brigadas
de estudiantes y porros cercaron las preparatorias 3 y 2 en un perímetro que
comprendió las calles de Venezuela,
Guatemala, Brasil y El Carmen. En cada bocacalle tendieron una cuerda y dejaron
guardias de 20 estudiantes, luego colocaron camiones con las llantas ponchadas,
algunos formaron brigadas para recolectar fondos y tomaron camiones en
distintos puntos de la ciudad.
Muy cerca de ellos, en la esquina de Seminario y Guatemala,
permanecían apostados aproximadamente 200 agentes bajo el mando del
Coronel Ramón Ruiz Torres, que no
hicieron nada por impedir la acción de los jóvenes
Y también los estudiantes de las vocacionales 2 y 5 del
politécnico levantaron barricadas en torno a La Ciudadela, recuerda el Johnny.
Ese sábado 27, por
la mañana una comisión de estudiantes de la voca 5, encabezada por Genaro
Alanís intento entrevistarse con el Regente Alfonso Corona del Rosal, pero en
la antesala de sus oficinas fueron detenidos.
A las 5 de la
tarde, hubo una asamblea en el anfiteatro Justo Sierra del Colegio de San
Ildefonso, a la que acudieron dirigentes estudiantiles de la UNAM, el
POLITECNICO, CHAPINGO, LA NORMAL y
algunas escuelas de los estados. Era la primera reunión de coordinación
estudiantil.
Por la noche del
27, se reiniciaron los enfrentamientos entre granaderos y estudiantes en los
alrededores de San Ildefonso.
La UNAM entonces, por iniciativa del Rector Javier Barros Sierra, buscó un acercamiento con las autoridades para encontrar una salida pacífica al conflicto. Fernando Solana, entonces secretario universitario, se puso en contacto con el secretario del DDF, Rodolfo González Guevara, en quien percibió una “extraña indiferencia”, como comento Barros Sierra a Gastón García Cantú, años después.
La UNAM entonces, por iniciativa del Rector Javier Barros Sierra, buscó un acercamiento con las autoridades para encontrar una salida pacífica al conflicto. Fernando Solana, entonces secretario universitario, se puso en contacto con el secretario del DDF, Rodolfo González Guevara, en quien percibió una “extraña indiferencia”, como comento Barros Sierra a Gastón García Cantú, años después.
Fungieron como mediadores Alfonso Millán, Eduardo Martínez y
Julio González Tejada, quienes pudieron reunirse con los chicos después de la
entrevista que sostuvieron con las autoridades.
Los funcionarios universitarios después de conversar con los
estudiantes, salieron a la calle, apenas pusieron un pie fuera del área de
barricada, fueron aprehendidos por la policía, acusados de ser los “lideres”. A
Millán, lo patearon y luego los llevaron a todos a la PGR para interrogarlos. Los
mantuvieron incomunicados hasta la madrugada, cuando los dejaron en libertad
Las autoridades de
la UNAM le ocultaron esa infame “provocación” a los estudiantes, para evitar
más incidentes que pudieran revertir las negociaciones entre la UNAM y las
autoridades capitalinas, que llegaron a buen puerto, pues en la madrugada del
domingo, un grupo de estudiantes fue liberado y trasladado a la preparatoria,
para que sus compañeros los vieran, a cambio permitieron la retirada de 17
camiones que habían tomado, antes sin embargo en medio de la tensa calma que
habían logrado las negociaciones entre la UNAM
y las autoridades, ocurrió una provocación más: Estudiantes que
custodiaban el acceso al barrio universitario, fueron agredidos por cerca de
200 jóvenes que pretendieron destruir las barricadas, entraron a la prepa 1,
cortaron la energía eléctrica, robaron equipo de oficina y pinturas de la
oficina del director. Ninguno de los 200, fue detenido por la policía, que
mantenía cercada la zona. Gilberto Guevara en su libro La Libertad Nunca se
Olvida, presume que ésta fue la primera actuación del grupo paramilitar de Los
Halcones, que comandó Manuel Díaz; y se hizo célebre en la represión del 10 de
junio de 1971, el JUEVES DE CORPUS. José Rosario C. líder de la FNET en el 68,
confirmo esta suposición.
Entre el sábado 27 y el domingo 28, los titulares de la
prensa hicieron eco unánime: la culpa fue de los comunistas, los acusaron del
enfrentamiento y de promover guerrillas en las escuelas.
Para el domingo 28,
las autoridades ya habían fraguado el argumento de la conspiración comunista. Aseguraron que los líderes del PCM habían “acordado protestar contra la
jefatura de policía y de enviar grupos de choque al acto que realizarían los
politécnicos, con el objeto de provocar desordenes para que interviniera la
policía y así agravar el problema entre la policía y los estudiantes”
“Los únicos responsables de los hechos bochornosos y
reprobables; son individuos nacionales y extranjeros que han hecho de la
agitación su modo de vida, encontrándose entre ellos sujetos comunistas, de
extrema izquierda, que aprovechan cualquier acto estudiantil de protesta para
alcanzar sus fines perversos” Declaración de Luis Cueto, jefe de la policía.
El partido
Comunista, en su defensa, argumento también un “complot”, pero de parte de
grupos de extrema derecha, de sectores reaccionarios del gobierno mexicano y de
la embajada norteamericana.
La represiíon del 29-30 de Julio 5a.parte
La represiíon del 29-30 de Julio 5a.parte
monte_rocco@hotmail.com
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