CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADA
Una banca es una
entrada al mundo; fija al suelo de un parque, de una plaza, de una avenida. Desde ella se revela
el movimiento callado de la luz sobre las hojas de un árbol.
Sentados en una banca podemos ver el cielo, pastor de vientos y nubes. Seguir los pasos de los caminantes, que buscan
también, una banca donde sentarse; a contemplar desde otra esquina el mundo. Ejercicio tristemente desterrado
Una banca es una entrada a uno mismo. Su metal ardiente o
frío le susurra “no te olvides de estar vivo” a la piel.
Si hay valor; quién se sienta en una banca, puede oírse los oídos, verse los
miedos, afrontar los amores y terminar
sonriendo.
Una banca ofrece el sosiego que la maduración precisa,
dispuesta a vernos envejecer sentados sin aspavientos, hasta que comencemos a contemplar la lenta
aparición de la sabiduría.
Estática, una banca
transforma a quién se sienta en ella: alienta los pies cansados del viajero,
la ternura de los novios, acoge el nacimiento de la pasión, una palabra inquietante, enciende los pensamientos de un lector.
Desde una banca, si
hay valor se acude a la metamorfosis del mundo...
Dialogo con Bancas. Exposición permanente de bancas arte- objeto ubicadas en Paseo de la
Reforma México, DF.
montse_rocco@hotmail.com
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