CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADA
_... “Me he cansado de ser un ente solitario, la que no
profundiza en sus amistades, la que sólo
mantiene charlas superfluas, la del “hola”,
“adiós”, “buenas tardes”, la que sólo cruza palabras de cortesía rápidas y sin
el menor interés, cuando encuentra a vecinos y amigos mutuos por la calle,
cuando coincidimos en la tiendita de la colonia o en el mercadillo ambulante, los días de tianguis.
Quiero volver a ser yo y dejar de ser lo que tú quieres que sea, en lo que me quieres convertir, quiero volver a sonreír a carcajadas por las
ocurrencias de mis amigos, el poderlos abrazar sin miedos, por que eso está
mal visto.
No soy propiedad de nadie, no soy un adorno, no soy el complemento de
nadie. Soy yo, esto es lo que hay, es mi
naturaleza, afectiva, espontanea, desinhibida. Deseo volver a vivir, poder salir a
echarnos una copa, un café, sin voltear la vista atrás como si hiciera algo
malo, recorrer lugares que me gustan con personas que compartan los mismos
intereses, no sentirme acompañada por compromiso, porque es tú papel hacerlo, te guste o no.
Todo lo
que era lo fui dejando de lado por ti, por agradarte, por tener algo juntos, por ceder y acoplarme, aunque en el proceso me fuera apagando, marchitando, fui ganando
años en mi mente, en mi espíritu, ¿Porque debo de adelantar unos años que
después me llegaran tarde que temprano?”
_ ¿Cómo se oye?, ¿Crees que está bien así? Es que no sé que
escribir, me intimida esta hoja en blanco, meditando que poner, tantos sentimientos dentro de mi y no
quisiera guardarme ya nada, pero tengo miedo, es más fácil en mis charlas
dentro de mi cabeza que intentar escribirlas, y ante esta hoja, la
conciencia y la razón me dicen que no lo haga, entre miedo y desconfianza ya he
dicho mucho ya he abierto demasiadas rendijas.
Se notaba totalmente confundida, cansada; con una mirada
turbia, de esas miradas que sabes que rayan en desesperación o locura, y
sinceramente pedía un consejo pero se lo pedía a la persona equivocada. La
naturaleza confiada de Gina, era a la vez su fortaleza y su talón. Y todos
sabemos que la respuesta errónea puede orillar a situaciones inesperadas.
Rocío en cambio, era toda decisión y coraje, tajante en sus
respuestas, directas, impulsivas, y como tal respondió.
_ ¿Y quien te dijo que hay que “abrirnos” en verdad?
_ Es que quisiera poder decir sin miedos lo que siento, no
ocultar nada, quiero la libertad que te da poder decirle a alguien lo que
sientes. ¿No para esto, es este sitio? Para poder abrirnos sin temor, por un
momento dejar de cuidarnos las espaldas, ¿No, es acaso para beneficiarnos del
anonimato que representa este lugar?
_Recuerda pequeña Gina... Todos
mienten. Todos usan a todos. ¿Porque debería ser diferente aquí? ¿Porque
deberíamos confiar?
_Pero aquí podemos
decir todo y todo se queda aquí, nadie nos conoce.
_ ¿Y confías en el
supuesto anonimato? Yo no lo haría, aún la persona en quien más confíes o más
quieras te traiciona, así que, ¿Para que darles poder? ¿Para que vengan y se
aprovechen de nuestras debilidades?, ¿Seguirás dejando que conozcan tus puntos
débiles? ¡Por dios tu misma les das las armas a los enemigos!, tu misma marcas
donde quieres te claven la daga; que ilusa y confiada eres…
_Pero es que me cansa mantener las fachadas, y aquí tenemos
la posibilidad de por un rato ser nosotros mismos, sin mentiras, sin temores,
sincerarnos y liberarnos.
_Pues entonces ponte tu misma la soga al cuello, ¿Cómo sabes
que después no lo usaran para manipularte, para aprovecharse de tus
debilidades, para explotar tus temores y usarte?.
_ ¿Crees que lo harían?
_Sin dudarlo
_ ¿Como sabes eso?
_Lo intuyo, entre gitanos nos reconocemos.
_Te he oído ya eso. Se lo dijiste a él la otra sesión… ¿que
significa?
_Que solo otro
manipulador, y conocedor de las máscaras que usamos para engañar reconoce a un
par.
_ ¿Pero como sabes eso?
_Hay que seguir el
instinto. La marca de Caín, nos reconocemos cuando la llevamos. Aprendí a ver
con los ojos entornados, dudar de todo y esperar siempre la estocada.
_Pero entonces, si dudas tanto y desconfías ¿Por qué estas
aquí? ¿Qué esperas?
_Porqué lo que excita es el riesgo y no tengo otro lugar. Y
tengo mis motivos para estar aquí todos los que llegamos al filo del abismo,
buscamos y necesitamos sacarlo de alguna manera, así que por necesidad,
obligados, o por propia voluntad pero al final estamos siendo guiados por hilos
invisibles que nos mueven a encontrarnos aquí y ahora; en este lapso de espacio
y tiempo coincidimos.
_ ¡shhhshhh! Ha llegado Enrique._ Exclamo asustada Gina, esperaba que no hubiera estado oyendo atrás de la puerta sin entrar.
_ ¿Conspirando tan pronto Rocío y con quien? ¿Con la
adorable, pequeña impresionable y
sugestionable Gina?, que pronto encontraste una presa para tus intrigas, me
sorprende lo rápida que eres.
Rocío sólo se irguió y levanto una ceja desafiante, un gesto que siempre hacia cuando se
preparaba para recibir un ataque y saborear la anticipación del momento lista
para devolverlo.
_Al contrario me
gusta cazar presas mas grandes, que me representen desafío y batalla, si no, el
manjar deja de ser apetecible, mi paladar se ha vuelto cada vez mas exigente y
el olor del miedo me recuerda a orines, pero el sabor que me excita es el del desafío. ¿Y tú estas desafiándome acaso? ¿Buscas
ser cazado? ¿Te has cansado de perseguir y devorar y ahora quieres experimentar
en tu faceta abnegada lo que es ser la
presa?.
Enrique cruzo los brazos al pecho, gesto indicativo de
rechazo y protección, cerrar filas para contra atacar. Así que si, lo desestabilizó
la respuesta de Rocío.
Soltó una carcajada y se acercó a escasos centímetros del
rostro de Rocío, casi escupiéndole la respuesta.
_ ¿Y quien te dijo que me gustaría ser cazado por una zorra
como tu?_ Siseo suavemente.
_ ¿Que sucede aquí? ¿fraternalizando tan pronto? ¿Enrique?
¿Rocío? ¿Que pasa Gina?...
Entro despacio al cuarto de sesiones, sus pasos resonaron en
el silencio que prosiguió a las palabras de Enrique, su andar siempre
recordaban a un felino, sigiloso, premeditado y seguro, muy seguro en su andar,
se sentó, con nuestros expedientes en la mano, ojeo distraídamente unos, y
volvió a levantar la vista, se ajustó las gafas y dijo:
_ Pareciera que estaban a punto de besarse y saben las
reglas, aquí nada de relaciones interpersonales, afuera lo que quieran, pero
dentro del grupo no están permitidas.
La sola mención de besarse
hizo que instintivamente Enrique mirara los labios de Rocío, no se había dado
cuenta, hasta ahora que la tenia tan cerca que no se los pintaba, la catalogo
como una arpía, una bruja, pero las brujas usan unos labios rojos sangre y extrañamente ella no usaba labial, observo más a
detalle que tampoco tenía maquillaje, y su olor, ese olor, era diferente, no
podía identificar el perfume o no traía perfume.
Rocío involuntariamente se mojo los labios ante ese
comentario e hizo que Enrique sonriera. Pasión. Signo inequívoco e involuntario,
producto del subconsciente, pero al fin y al cabo había pasión en ella por más
que quisiera ocultarlo tras su fría y dura fachada.
Enrique se alejo satisfecho de poder descubrir otro detalle de la hasta ahora indescifrable Rocío.
Enrique se alejo satisfecho de poder descubrir otro detalle de la hasta ahora indescifrable Rocío.
(fragmento del capítulo 1)
"Reconozco que soy muy vieja para arrepentirme de mis errores y que soy demasiado joven para no seguirme equivocando"
montse_rocco@hotmail.com
montse_rocco@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario