CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADA
En el país de las malas vidas nos encontramos, como quien busca algo y sin embargo nada espera encontrar. Tú; un ser lleno de remordimientos por su pasado. Un pasado con dejos de esperanza. Yo; un ser con un pasado lleno de orgullo y decisiones precipitadas, dejándonos llevar por el destino, nos encontramos, nos medimos y cómplices de nuestras miradas nos acercamos, nos acariciamos, buscamos otro tipo de calor en nuestros cuerpos. La urgencia de beber en esa copa del olvido, de la necesidad de perderse un rato de la realidad en los brazos del deseo voraz.Un deseo latente pero negado. Ya habíamos cruzado la linea de la amistad, habíamos pasado al flirteo amistoso. ¿Le echaremos la culpa a la euforia, al festejo compartido, a la lluvia?, que caló nuestros cuerpos y tuvimos que buscar consuelo entre tequilas y nuestro calor. Lo que haya sido, hizo que por primera vez tomáramos conciencia uno del otro, como seres que se ven por primera vez y se dan cuenta del deseo existente.
Escuchando cada uno canciones que removían demonios internos que nos sumergían en nuestros particulares infiernos, que sacaban algunos brillos en nuestros ojos o un vislumbre de traicionera lágrima. Buscamos consuelo al frío externo, de los cuerpos tiritando por la lluvia de hace un rato, y al frío de nuestros corazones, Nos abrazamos, cuerpos desnudos que se tocan por primera vez, manos que recorren sabiamente la piel, que saben dar el confort a una necesidad e imprimir huellas difíciles de olvidar.
No espere encontrar tanto erotismo en tus caricias y con ojos entornados por el deseo observar como lamias y besabas cada centímetro de mi piel expuesta. Esperar anhelante que tu mano llegara al centro de mi deseo, la urgencia ganaba. Pero tú sabiamente te tomabas el tiempo, sin prisas, a sabiendas que teníamos toda la noche para saborearnos, para brindarnos el alivio necesario que largamente aguardamos. Recorriste centímetro a centímetro mi cuerpo, pasaste de largo por los puntos que mas anhelaba que tocaran tus labios, llegaste hasta mi rostro y jamas espere recibir un beso tan sensual, tan tierno, tan voraz. Ahí se rompió una de mis reglas, evitar en la medida de lo posible el besar a mi amante en turno o ser besada, eso implica emociones, ternura, entrega, y lo nuestro solo es deseo carnal, o al menos eso es lo que me digo siempre, el involucrarse lo menos posible, pero ah que delicioso saben tus besos. Jamás pensé rogar por seguir siendo besada así, tal vez fue la emoción del nuevo descubrimiento, el control cedido hacia ti, el dejarse guiar, el no ser yo, la que pone las pautas, el solo fluir y sentir, tal vez eso era lo que me hacia falta, alguien dominante que no aceptara ni mis reglas, ni mis miedos, alguien que me enseñara nuevas formas del erotismo y del placer.
La noche se prolongó, perdimos noción de tiempo, de distancias, de quienes somos, solo me sumergí en sensaciones, creía conocer casi todo sobre el placer hacia mi cuerpo, de que soy capaz y de mis limitantes, de mis tiempos o del toque adecuado para vibrar, pero ¡ah que equivocada estaba!, siempre escuche decir que el orgasmo es de quien lo trabaja y vaya que yo se trabajar arduamente lo que me toca. Sé que puedo lograr y que no y cuantos, dependiendo de la compañía. No hace mucho había descubierto mis posibilidades en cuanto a mis cúspides, y estaba más que sorprendida en ese entonces, pero aprendí una nueva lección, hay varios tipos e intensidades aún más que los que ya conocía, hay posibilidades infinitas, todo depende de la sensibilidad de la caricia, de las manos expertas, del momento y tiempo correcto y de la persona esperada.
Una noche basto para olvidar todo pasado, una noche fue suficiente para anhelar disfrutar lo que el destino incierto nos permita, para volverme éxtasis puro en tus brazos.
montse_rocco@hotmail.com
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