martes, diciembre 06, 2011

Vislumbres

CRÓNICAS DE UNA MENTE DAÑADABRUJA


Alguna vez me pregunte porque debemos de seguir reglas? Los espíritus transgresores se divierten quebrantandolas, y me puedo considerar uno más en esas secretas filas. Siempre odie seguir reglas, sin cuestionarlas y desmenuzarlas primero; hacer lo que la mayoría, seguir pautas de vida. Y aleje mis pasos lo más rápido posible de eso que al resto le agrada: la obediencia sin cuestionamientos, sin preguntarse porque? Pero después de pensarlo y reflexionar seriamente la cuestión se que aún los más contestatarios y rebeldes creamos y acatamos nuestras propias (y secretas) reglas.

Las reglas nos sujetan y nos anclan, para evitar desbordarnos, para intentar conservar un frágil equilibrio en esta voragine que nos arrastra. Es siempre me digo por mantener una armónica proporción entre la razón y las emociones. Que ya me presupone un esfuerzo considerable. Hoy inmersa en mi propio desconcierto y la subsecuente conmoción que me causa me doy cuenta que estoy quebrando mis reglas, lo he hecho dos veces seguidas y en menos de 6 meses. Será que va siendo hora de replegarme y someterme a un escrupuloso, y duro escrutinio?
Siempre he dicho dejalo fluir... ¿Pero que sucede cuando aquello que dejas escapar de sus cadenas te puede rebazar incontrolable y amenaza con devorarte?, pues para eso son las reglas, las pautas adoptadas controlan nuestros procederes y nos dictan lineamientos, por nuestro bien y por el de los demás.
En este frágil equilibrio de la existencia, de las emociones subjetivas y cambiantes: ¿cuantos actos, cuantas acciones nuestras, pueden propiciar eventos irreversibles? que no sólo afectarán a la persona que los comete sino a los demás a su alrededor, cuantos veces me deberé de arrepentir de haber confesado algo o consentir que otros vean más allá de lo que yo permito?. Dejarles que penetren al refugio interior que he ido creando y fortificando, que me interpreten y lean entre líneas, darles poder para cimbrar cimientos, y empiecen a comprender?
¿Será acaso que la fragilidad en ciertas situaciones es la que hace que sólo por momentos... por momentos, dejemos una rendija abierta por la cual puedan asomarse y los que tengan la sensibilidad, lo vean, lo noten?
¿O soy menos fuerte de lo que creía? ¿O acaso es el tiempo que inexorable cobra la factura? y como dice una canción... somos más viejos y sinceros y que más da?
No quiero pensar, no quiero hoy seguir analizándome... ya una reciente velada insomne me dejo más preguntas que respuestas y una cierta incomodidad más allá de lo físico, más cerca de lo mental y anímico.

Es hora de reescribir las líneas en esta obra.

Si eres atento verás que todo tiene finisimas grietas o puntos débiles donde romperse..
(todo arde si le aplicas la chispa adecuada)





montse_rocco@hotmail.com

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